jueves, 28 de septiembre de 2017

Últimos días de septiembre

 
 
 
...algo que nos toca muy de cerca por estos lares, cual es la soledad práctica y real en la que se quedan la mayoría de nuestros pueblos
 
Ahora que al mes de septiembre apenas si le quedará –así se supone-, el hálito justo para encarar sus últimos días de una forma ordenada e íntegra –igual que pasaron sus días anteriores-, luego del vigor descargado a grandes dosis en fiestas mil a todo lo largo y ancho de la geografía provincial, bien puede ser éste el momento de sentarse a reflexionar, retomando viejos temas de nuestra realidad más inmediata, y tratar de sacar conclusiones lo más positivas y prácticas posibles.  O, si son negativas, poner los medios para solucionarlas.
 
Y no, precisamente, aunque también, sobre el llamado “asunto” o  "tema” catalán de estos días (¡cómo no!, encontrándonos en las fechas en las que nos encontramos y estando las cosas como están de feas...).   Sino de, por ejemplo, algo que nos toca muy de cerca por estos lares, cual es la soledad práctica y real en la que se quedan la mayoría de nuestros pueblos dispersos por la geografía provincial, tras abandonar estos días sus domicilios los últimos moradores que por ellos anduvieron este pasado verano; proporcionándoles de esta guisa unas dosis extras de vida, tan diezmados de población como están en los últimos tiempos.
 
Y que ahora, tras su partida hacia otros rumbos, volverán a quedarse bajo mínimos, en un casi total silencio y quietud extrema, otrora pletóricos de vida y actividad.  Pasando en esas circunstancias un día tras otro, hasta que otra festividad local o comarcal, o la combinación de varios días con alguna celebración de por medio en un determinado mes del calendario, propicie que el personal se líe la manta a la cabeza, coja carretera hacia adelante –que diría algún castizo-, para tomar el camino de regreso a ellos por unos días; pero sólo por y durante esos días... Y así, vuelta a empezar la sucesión de idas y venidas de corta estancia.
 
Tratando de minimizar en lo posible estas circunstancias de nuestra despoblación rural, uniendo servicios dispersos, diseñando nuevas demarcaciones territoriales y comarcales, nuestra Comunidad Autónoma tiene pendiente de aprobación en Las Cortes un proyecto de ley sobre el nuevo modelo de Ordenación Territorial de Castilla y León. Y eso, tiene pendiente, porque ahí andan nuestros políticos sin ponerse mínimamente de acuerdo para sacarlo adelante.  Que no se pierda el trabajo de campo ya realizado.    
 
 
 
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 27/09/2017)
 
   
  


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