miércoles, 10 de diciembre de 2014

UN “SELFIE” JUNTO AL ÁRBOL



Atracción cautivadora a raudales, es la sensación primera que parece recibir de pronto quien, llegado el anochecer, se acerca hasta nuestra Plaza Mayor y contempla estos días el gigantesco Árbol de Navidad en ella instalado.

Pudiera decirse a primera vista que impacta su presencia allí, lo mismo a grandes que a chicos, tan erguido y buen mozo como se nos muestra.  Por lo que todos quieren llevarse a su casa un pequeño recuerdo del momento y del lugar, vía instantánea fotográfica junto a él sobre todo.  Y él, tan ufano y altivo como el que más de su especie.

Que nunca hubo por aquí tal número de teléfonos móviles y cámaras de fotos apuntando a un tiempo hacia un mismo punto para confluir en nuestro Árbol de Navidad por excelencia; tratando de encontrar la perspectiva y el enfoque más completos, contando también con el resto del marco urbano que lo acoge.

Y ello, para tratar de inmortalizar en la memoria, tanto en la individual de cada uno de nosotros, como en la de esos artilugios modernos, el momento de la instantánea junto al Árbol de la mejor manera posible; con amigos y familiares, o uno mismo en solitario, incluso, atendiendo esa moda tan en boga del “selfie”.  Y también junto al Portal de Belén allí mismo instalado, o junto al edificio del Ayuntamiento.

Plaza Mayor mucho más familiar estos días, donde la fachada del Consistorio, bellamente decorada e iluminada para la ocasión, junto a las ristras de luces  que cuelgan tanto de todos y cada uno de los balcones que la circundan, como de todos y cada uno de los árboles –los mismos que en verano le proporcionan una suave pero agradable sombra-, sirven estos días de marco ideal para completar, como ocasión única e irrepetible, el plano de la foto o fotos del recuerdo.
 
Con mil y una perspectivas diferentes, dependiendo de mil y un enfoques posibles, pero siempre con nuestro emblemático Árbol de Navidad siendo el centro de las miles de instantáneas que se disparan a cada minuto.  Eso sí, tras esperar el momento más idóneo que a cada cual le apetezca, para visionar el Árbol con la carga de luz más adecuada, de las varias posibilidades lumínicas que le asisten y que se van ejecutando de manera progresiva. 
 
Todo ello, ante la expectante contemplación de los muchos visitantes que en torno a él se dan cita cada día, cuando la negra y aterciopelada oscuridad de la noche envuelve cada rincón de la ciudad.
 
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 10/12/2014)

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