De un tiempo a esta parte, o sea, de unos años para acá, en una unidad de
tiempo fácilmente medible para todos nosotros, ha irrumpido con fuerza en
nuestro vocabulario coloquial y de a diario, una palabra de nuestro diccionario
un tanto en desuso ya, al igual que la actividad a la que con la misma se hace
mención.
Lo que ha hecho que muchos de nosotros hayamos tenido que recurrir a ese
libro de referencia donde se compilan alfabéticamente, con su significado más
correcto, todos y cada uno de los vocablos de nuestro idioma.
Esta palabra no es otra que “huebra”. A la que el diccionario refiere como
“espacio o tierra de labor que en un día puede arar una yunta o una pareja de
bueyes”, y también “par de mulas y mozo que se alquilan para trabajar en un día
entero”. Si bien, en nuestros pueblos castellanos se la conoce también como “la
prestación del trabajo de una persona de cada casa en beneficio de la Comunidad
vecinal”.
Esto es, la prestación de un trabajo gratuito y “obligatorio” por parte de
todos los vecinos del pueblo, cara a alguna necesidad pública y para el bien
general. Una tradición o costumbre que, con el paso del tiempo se fue perdiendo
hasta llegar prácticamente a desaparecer; por lo que muchos de nosotros, quizá,
no la hemos llegado a conocer.
Y de ahí la necesidad de conocer su significado, siquiera por curiosidad…,
ahora que nuestra Diputación Provincial en concreto, lleva unos años convocando
subvenciones para su proyecto “A Huebra”, destinadas justo a los pequeños
municipios de nuestra provincia que quieran realizar determinados tipos de
obras en su territorio de esta manera, tratando de fomentar así la colaboración
entre los vecinos.
Una iniciativa curiosa si se quiere, olvidada en gran medida en muchos
lugares, y que busca que todo un pueblo se involucre en la realización de
pequeños trabajos que no requieren grandes realizaciones técnicas pero que, al
final, mejoran el espacio físico en el que se desenvuelve su vida de ordinario.
Trabajos que abarcarán desde la limpieza de un
arroyo o un manantial, a la reparación de alguna calle o acera del municipio,
pasando por la limpieza y puesta a punto de algún pilón o abrevadero…, por
citar sólo algunas de estas actividades.
Pero hay otra curiosidad más, y es que, tiempo
atrás, este ir de huebra, según cuentan los más viejos del lugar, se anunciaba
con el oportuno toque de campana, que era bien conocido por todos.
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 06/08/2014)
Gracias Javier, desconocía esa palabra y, por supuesto, su significado. Muchas gracias amigo. Un abrazo
ResponderEliminarGracias, Raquel, por visitar mi Blog. Sí, esta es una palabra que resulta un tanto novedosa para nosotros -¡los jóvenes!!!!-, pero aprovechando que salió en el Diario, hice este texto. Me alegra que te haya gustado. Un beso. Javier.
EliminarGracias por documentar esta expresión tan palentina que me recuerda a mi infancia. Soy de un pueblo del valle del Boedo, varias veces al año se tocaba "a huebra" y los vecinos acudiamos para realizar obras comunales.
ResponderEliminarPensaba que era una palabra pérdida. Gracias.
Muchas gracias a ti, Vicente, por tu visita al Blog. Saludos.
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