miércoles, 26 de febrero de 2014

Y LA NIEVE REGRESÓ UNA MAÑANA


Este año, en lo que llevamos de él en concreto, hemos visto cómo el invierno palentino, siempre atento a mostrarnos por aquí sus rigores de una manera más o menos acusada y su peor cara en no pocas ocasiones, no ha querido privarnos tampoco por unos días de una contemplación bucólica y vistosa del paisaje que nos rodea y que nos envuelve, tanto en zona urbana como rural, visión como la que nos proporciona la nieve caída a nuestro alrededor, cubriéndolo todo de pronto con su manto blanco e impoluto, que hasta da una cierta pena hollarlo a las primeras de cambio.

Y ha sido así como la hemos visto días pasados por la práctica totalidad de la provincia, incluidos estos lares capitalinos que, aunque le cueste hacerlo de manera habitual, pues también en esta ocasión hemos tenido nuestra ración de nieve, aunque por un breve espacio de tiempo, bien es cierto.

Tan corto en su duración fue, que los menos madrugadores, cuando quisieron desperezarse y mirar a través de la ventana, o echarse a la calle para su contemplación, sólo advirtieron ya el suelo mojado a sus pies.

Eso sí, los amantes de la fotografía y simpatizantes o simples curiosos de la técnica en cuestión, se lanzaron de inmediato a la calle cámara en ristre o móvil en mano, dispuestos a conseguir bonitas instantáneas del paisaje de su entorno que, aunque conocido de sobra, la acción de la nieve sobre el mismo le cambiaba su apariencia externa proporcionándole una vistosidad diferente y poco común.

Visión que, por algunos momentos nos pudo evocar el tiempo de la niñez en medio de tan blanco elemento, gozando de él con plena intensidad, sin importar ni el frío ni el agua que, indudablemente, se adentraba en el cuerpo y quedabas expuesto al consiguiente resfriado o catarro al uso.  Pero esto último no nos importaba, el momento era único y así se vivía en medio del campo de batalla, con las bolas de nieve rozando nuestro cuerpo mientras nos aprovisionábamos de munición para arrojársela al enemigo de turno y ocasional situado apenas a unos metros frente a nosotros.

Pero como el tiempo pasa tan rápido a nuestro alrededor, de todo esto ya sólo queda el recuerdo por estos lares, aunque arriba en la montaña, la nieve se muestre muy presente a ojos vista.

(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 26/02/2014)

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