sábado, 16 de noviembre de 2013

Con la nieve en los talones


(Foto tomada de Facebook 15/11)


Dice el refranero popular que “de mitad de noviembre en adelante, el invierno constante es”.  Y en esta ocasión parece que ha dado en el clavo al cien por cien.  Porque ha sido justamente en su mitad cuando hemos comenzado a sentir por aquí los primeros fríos del invierno, con temperaturas bajo cero incluso. 

Y a mayor abundamiento, con la nieve mostrándose de una manera palpable ya en nuestra provincia.  Y no solo en nuestro Norte provincial, más propenso a recibir de común la visita del blanco elemento, sino que también por estos lares capitalinos hemos visto cómo, durante este 15 de noviembre, aparecían los primeros copos de la temporada y dejaban su rastro en forma de pequeño manto blanco sobre tejados, parques y jardines, coches aparcados en la vía pública y elementos urbanos en general.  Que al instante, muchos se apresuraron a inmortalizar en fotos de una plasticidad y belleza fuera de toda duda, y a difundir luego a través de las redes sociales, por aquello de la novedad y de ser la primera de la temporada.

Si en esta ocasión, como en otro momento recoge nuestro refranero al aseverar  que “por los Santos la nieve en los altos, y por San Andrés (30 de noviembre) la nieve en los pies”, no se ha cumplido esta máxima, al menos en su inicio, que aún no sabemos qué pasará en su final, sí hay que reconocer, en cambio, que lo ha hecho, con todo lujo de detalles y hasta con cierta contundencia en según qué lugares, en la parte central del mes (algo es algo).

Pero claro, con la experiencia que se tiene por aquí en cuanto a fríos y demás, y a la altura en que estamos del calendario; pasado que ha, además, el llamado “veranillo de San Martín” (en torno al 11 de noviembre), y salvo que nos venga con retraso un cierto “veranillo del membrillo” durante algunos breves días, lo más normal, como comienza a barruntar el personal, es que hayamos comenzado ya el camino irreversible hacia el largo, oscuro y frío invierno de estas tierras mesetarias.

Que sepamos sobrellevarlo de la mejor manera posible y buscando el encanto que, sin duda, puede tener también esta estación meteorológica por estos lares, es lo que cabe añadir al respecto. Eso sí, con la nieve tendiendo su blanco manto sobre estas tierras “de pan llevar”.

J.J.T.

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